Llega la Onda sonora del interior, de un océano interno, de un mar cálido y profundo que no aparece en los mapas. Con ella O SONORO MAXÍN trae las cumbias que no son cumbias, y despierta danzas que todavía se tienen que inventar. Llega cargada de ritmos desacompasados que descoyuntan caderas al primer compás; armonías de una sola nota y melodías olvidadas que duermen en el fuelle de un acordeón. A su lado viajan cantantes afónicas. La Onda Sonora llega a todos los oídos simultáneamente y en un abrir y cerrar de ojos: en las nuevas formas de medir el tiempo, en un beso, en un abrazo, en una sonrisa. Llega a todos y a todas con un solo objetivo: ser escuchada.