Este sexteto establecido en París ofrece una invitación irresistible a participar en algunas de las músicas más rítmicas y emocionales que proceden de cualquier parte del mundo. Su música es en parte gitana, en parte klezmer, y es la misma que ha hecho cantar y bailar a gente de todo el mundo durante siglos.
Con cada toque frenético de sus arcos transportan cada vez más lejos al oyente, a un torbellino de sonidos e imágenes de Europa Central que marea.