"El sastre del tiempo" es más que una simple adaptación teatral; es una inmersión total en un taller de confección sonora en directo. Carlos Bianchini utiliza la música electrónica y el procesamiento electroacústico para transformar las palabras y emociones del relato en un paisaje sonoro dinámico y envolvente. Cada sonido es cuidadosamente seleccionado, procesado y ensamblado en tiempo real, parecido a cómo un sastre trabaja meticulosamente con telas para confeccionar una pieza única. La obra ofrece una profunda reflexión sobre el uso del tiempo, dirigida especialmente a los jóvenes donde invita a los espectadores a sumergirse en un universo sonoro innovador y experimentar el poder transformador del sonido. Además, la narrativa les desafía a considerar cómo invierten su tiempo, cómo afecta el desarrollo y el bienestar, y les invita a encontrar un equilibrio entre las demandas de la vida moderna y la necesidad de momentos de pausa y contemplación.