Son dos: un acordeón y una batería; y con los botones y los timbales, los polirritmos crean rimas. Ahora es la gaita la que suena y ahora es el bombo el que dispara las armonías. El espectáculo presenta un diálogo o un conflicto rítmico entre los dos, con la mediación de la música electrónica. Sónia Sobral y Gonçalo García —DOIS, POIS— se atreven a interpretar las ideas de jóvenes compositores portugueses con un lenguaje novedoso.