Una vez generada, la cadena de bloques no puede ser ni parada ni destruida. Se comparte, se multiplica y se perfecciona gracias al conocimiento colectivo. Es un sistema descentralizado, seguro y anónimo donde el talento es compartido. El concepto del blockchain nos lleva a ser más solidarios y cooperar para lograr objetivos comunes. Damos la bienvenida a esta tecnología que cambiará la forma de pensar, de relacionarnos y de ver el mundo. Mediante una cadena de bloques hexagonales y con la fuerza de la luz y la música en directo de Nølah, esta instalación-espectáculo quiere poner el foco sobre la necesidad de que la sociedad coopere para construir un mundo mejor.